domingo, 31 de octubre de 2010

ZAQUEO QUERIA VER A JESUS (Lc 19, 1 – 10)

Leyendo este evangelio lo primero que me viene a la cabeza es mi hijo, solo tiene 15 meses y cuando vamos a misa él es mas pequeño que Zaqueo y no puede ver a Jesús, asi que por eso creo que muchas veces llora un poco y me pide que le coja en brazos y así estando mas alto que nadie puede ver a Jesús y celebrar con él (aunque todavia igual no sabe lo que dice).

Este año mi mujer y yo nos planteamos dejar nuestro grupo de referencia por circustancias familiares, pero eso no hubiera sido bueno ya que nos hubiera alejado de Jesús, de la comunidad, de la oracón y creo que al final nosotros no tomamos la decisión y fué él que eligio nuestra casa para venir al menos a visitarnos cada 15 días, así que nuestro grupo de referncia ya no se reune en la parroquia y se reune en nuestra casa, con ello mantenemos un clima de oracón, de compartir fe y vida.....  y como con Zaqueo Jesús a venido a salvar lo que se iba a perder.

Cada vez que estamos en un encuentro con Jesús salimos transformados, ya no somos los mismos, vemos a los demas con ojos diferentes y actuamos de diferente manera, pero.... ¿cuanto tiempo nos dura? Os invito a tener mas encuentros con Jesús aunque sean pequeños asi conseguiremos estar mas atentos a las señales que el nos mande y llevar un estilo de vida diferente al que esta sociedad nos arrastra día a día.

domingo, 24 de octubre de 2010

CAMINANDO..............

Después de varios meses escribiendo el comentario laico en la pagina web http://www.santamariadeolarizu.org/ pense que la mejor forma de saber si gustaba o no, si se leia o no, si servia para alguien mas que para mi era caminado hacia delente y dando un paso mas.

Espero poder estar a la altura y cada Domingo comentar el evangelio segun mis propias ideas, mis propias experiencias..... en resumen uniendo fé y vida.

Cada 10 o 15 días tambien intenataré hablar sobre otros temas, para que el blog permanezca vivo y actualizado.

Os espero el proximo Domingo 31 de Octubre, con el comentario al evangelio de Lucas 19, 1-10