Interesante pensar por qué necesitamos, a día de hoy, ver para creer.
¿No nos es suficiente tener sus enseñanzas?
¿No nos es suficiente tener sus ejemplos?
¿No nos es suficiente ver que no hay contestación plausible a lo que nos ha enseñado y ejemplificado?
No conseguimos contestar.
No conseguimos argumentar lo contrario.
Incluso tenemos dentro de nosotros la intuición de que realmente es así, que debe ser así.
Quizás, decimos que queremos ver, porque si nos equivocamos será más fácil encontrar la excusa.
Quizás, no nos fiamos de nosotros mismos, de nuestra capacidad en hacer lo correcto y sostenerlo a cualquier coste.
Quizás, sepamos que cometemos equivocaciones y no lo soportamos.
Pero a día de hoy todavía, no seguir a Jesús, en los mínimos detalles del día a día, en el trato con la pareja, con los hijos, con los amigos, … es puro retraso que el tiempo nos lo cobrará.
Cueste lo que cueste.
¿No nos es suficiente tener sus enseñanzas?
¿No nos es suficiente tener sus ejemplos?
¿No nos es suficiente ver que no hay contestación plausible a lo que nos ha enseñado y ejemplificado?
No conseguimos contestar.
No conseguimos argumentar lo contrario.
Incluso tenemos dentro de nosotros la intuición de que realmente es así, que debe ser así.
Quizás, decimos que queremos ver, porque si nos equivocamos será más fácil encontrar la excusa.
Quizás, no nos fiamos de nosotros mismos, de nuestra capacidad en hacer lo correcto y sostenerlo a cualquier coste.
Quizás, sepamos que cometemos equivocaciones y no lo soportamos.
Pero a día de hoy todavía, no seguir a Jesús, en los mínimos detalles del día a día, en el trato con la pareja, con los hijos, con los amigos, … es puro retraso que el tiempo nos lo cobrará.
Cueste lo que cueste.
J. (grupo Betania)