domingo, 6 de abril de 2014

REGALO DE DIOS (Juan 11, 1-45)

Este evangelio es especialmente complicado para mi. No entiendo los “milagros” que hacia Jesús. Seguro que su forma de vivir y de luchar por el prójimo tenía algo de milagroso. Creo que si Dios tiene la capacidad de librarnos del sufrimiento y de la muerte, es muy injusto que lo hiciera con unos si y otros no. Y Dios no es injusto. Y además se escapa de mi racionamiento lógico de las cosas…

Así que cuando leo este evangelio, entiendo que Jesús nos quiere decir que confiemos en Él. Que nos quiere, se preocupa por nosotros y por nuestra familia. Además es compasivo, que nos acompaña en nuestro sufrimiento,…para que no estemos solos. E incluso sufre con nosotros. El evangelio dice: …”se sintió profundamente triste y conmovido y lloró”…En los momentos difíciles, en los que no podemos más, la confianza en Dios es un impulso de vida, es la energía para seguir luchando, es una ráfaga de viento que nos empuja por la espalda para que nuestro caminar sea más fácil, o una piedra que retira del camino, para que podamos pasar más fácilmente.

Me gusta de este evangelio, el hecho de que Marta le pide ayuda a Jesús. A veces nos avergonzamos por pedir ayuda o nos creemos autosuficientes. Pero la realidad es que confiar en el otro y pedirle ayuda es una acción de valentía. Creo que debería dejarme ayudar más por Dios y por mis seres queridos…

Dios está en mi vida, cuando el cansancio me invade o la carga de tareas se me acumula, o algo malo ocurre, Dios está ahí, quitándome trabas, sufriendo conmigo,…pero también diciéndome: levántate, quítate las ataduras, y sigue adelante, que tú puedes. 

La vida es un milagro de Dios que se produce cada día. Aprovecha hoy que hoy es único, es un regalo de Dios.
A.

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