sábado, 9 de noviembre de 2013

NO ES DIOS DE MUERTOS, SI NO DE VIVOS (Lc 20, 27-38)

En este pasaje los saduceos plantean una situación que, aunque quizás algo cómica y con intención de ridiculizar a Jesús, deja traslucir muchos interrogantes y cuestiones que más de uno hemos tenido acerca de los misterios que no entendemos, sobre todo los que (como yo), posiblemente tenemos una mente más lógica...

En otros casos parecidos, Jesús se suele limitar a resaltar la intencionalidad de los comentarios que le hacen, pues muchas veces no tienen otra que intentar desacreditarle o ridicudizarle con malas artes. Esta vez, sin embargo, nos deja su respuesta sincera, ya que sabe que, como personas, estos cuestionamientos y la incertidumbre respecto al futuro es algo que todos, en mayor o menor medida, experimentamos y que nos crean inseguridad y, en ocasiones, desasosiego. En su respuesta vemos la actitud con la que podemos acercarnos a todos misterios, como la resurrección, o muchas cosas relacionadas con Dios.
Yo creo que la lógica, y el método científico son las mejores herramientas que tenemos para conocer el mundo en que vivimos y desde lo que somos ahora, con bastantes limitaciones que forman parte de nuestro ser persona: la necesidad que sentimos de compartir nuestra vida con las personas, de formar una familia, el dolor y la soledad cuando nos separamos...
Sin embargo, todo lo relativo a Dios, y lo que se sale de este mundo, no podemos comprenderlo, y tampoco podemos aplicar esas herramientas para estudiarlo...
Pero no es necesario....Jesús ha querido dejarnos claro que, a pesar de no comprenderlos, no hay ninguna duda de que nos llaman a la esperanza en una vida mejor, con menos limitaciones (incluidas las que hacen que nos planteemos estas cuestiones), sea como, donde y cuando sea, ya que “No es Dios de muertos, si no de vivos”
S.F.

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