Como las vendas que encontraron en el sepulcro María Magdalena y los apóstoles, mi deseo hoy es que nosotros también nos quitemos las vendas que a cada uno nos atan y vivamos una vida nueva. Sentir, pensar y actuar empezando de cero, que no nos pese el pasado porque ya quedó atrás, porque tenemos la oportunidad de cambiar lo que no nos gusta en nuestras vidas, en nuestras actitudes, en la sociedad. Aprovechemos la alegría de la Resurrección, la oportunidad de empezar con fuerza y alegría los nuevos y buenos propósitos.
"Y entonces te das cuenta de que todo comienza de nuevo... y la sonrisa vuelve a ser la dueña de tu vida"
M.L.
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