“El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él”
Dios nos quiere como un padre (o madre), y ¿qué significa esto? Es fácil sentir el amor de un padre o una madre, que velan por ti desde el primer segundo de tu existencia. Pero yo no descubrí el significado exacto de estas palabras hasta hace once años que fui madre. Entonces descubrí una nueva forma de amar. Un amor incondicional, sin esperar nada a cambio, amar por encima de todo. Un AMOR infinito.
Pero Jesús va más allá, nos dice que hagamos caso a sus palabras, que no nos quedemos pasivos, sin hacer nada con el amor de Dios, sino que salgamos de nuestro caparazón y amemos con nuestras acciones allí donde vayamos. De esta forma descubriremos que no hay cosa más gratificante, y sentiremos a Dios dentro de nosotros.
«Mi paz os doy.» «No os la doy como os la da el mundo.»
Jesús nos anuncia que se va, que no estemos tristes y nos deja su paz. Nos deja un poco así, pero ¿Cuál es esa paz? Es darse cuenta de que vale la pena cualquier esfuerzo si se hace por amor. Su paz consiste en buscar la felicidad en el amor, que es darse, y no en el egoísmo, que es buscarse a sí mismo. Uno debe abandonar su comodidad e incluso su voluntad para hacer la voluntad de Dios.
Yo como madre intento hacer ver a mis hijos que sacrificarse por los demás tiene mayor recompensa y más duradera que hacer lo que a uno le apetece en ese momento aunque tengamos pereza. Y no hay mayor sacrificio que ser madre… pero a su vez la MAYOR SATISFACION.
Felicidades a todas las madres!!!
A.A
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