Llega el Adviento. Hoy celebramos el primer domingo de Adviento, del tiempo de espera y preparación para la venida de Jesús.
El Evangelio de hoy es una llamada para estar atentos. Sabemos que en todo momento debemos estar dispuestos, atentos y viviendo los valores del Evangelio cada día pero es fácil que caigamos en la relajación, en el preocuparme por mi primero en vez de por el que está a mi lado, y perdemos de vista el mandato de amor de Jesús.
Por eso es bienvenido el Adviento, porque es un tiempo nuevo, aire fresco para renovar el espíritu y las ganas de caminar entre la indiferencia general. Se tiene que notar una nueva esperanza en nosotros, la promesa de la Buena Noticia la debemos hacer realidad en nuestra vida, en nuestra actitud con los demás, en nuestro vivir como cristianos, ejemplo del amor de Dios.
Estemos atentos y despiertos porque el Señor llega y no avisa, ¡que no nos pille despistados!
El Evangelio de hoy es una llamada para estar atentos. Sabemos que en todo momento debemos estar dispuestos, atentos y viviendo los valores del Evangelio cada día pero es fácil que caigamos en la relajación, en el preocuparme por mi primero en vez de por el que está a mi lado, y perdemos de vista el mandato de amor de Jesús.
Por eso es bienvenido el Adviento, porque es un tiempo nuevo, aire fresco para renovar el espíritu y las ganas de caminar entre la indiferencia general. Se tiene que notar una nueva esperanza en nosotros, la promesa de la Buena Noticia la debemos hacer realidad en nuestra vida, en nuestra actitud con los demás, en nuestro vivir como cristianos, ejemplo del amor de Dios.
Estemos atentos y despiertos porque el Señor llega y no avisa, ¡que no nos pille despistados!
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