En este pequeño pasaje aprecio tres actitudes importantes y a la vez sencillas de mejora en el ser humano.
La primera es que los cambios y mejoras de las personas surgen de dentro de uno mismo, aunque el Hijo de Dios pasara por su ciudad si él no hubiera sentido que algo no está bien, que podía haber otra oportunidad; hubiera sido más cómodo quedarse dentro de su casa, no salir al encuentro...algo ya estaba cambiando en él.Escuchemos a nuestro corazón.
La segunda es que cuando queremos algo nos debemos esforzar, poner algo de nuestra parte. El se sube al árbol porque quiere verle, no se conforma y se esfuerza. Después no sólo recibe, también se desprende de lo suyo, quiere restituir el mal que ha hecho. Demostremos nuestro arrepentimiento.
La tercera hace referencia al resto de la gente, ¿ por qué no damos más oportunidades a las personas, por qué no creemos en los cambios, en la mejora de sus actitudes ? Toda persona se merece segundas, terceras, cuartas,...oportunidades, nunca se sabe cuántas ; pero si se sabe que seguro que va a merecer la pena volver a intentarlo y dejar de juzgar sin dar opciones y herramientas de mejora a nuestros semejantes. Menos juicios y más fé en las personas.
Imitemos la sencillez de Jesús , tendamos la mano a nuestros semejantes sin juzgar su pasado.
Yolanda
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