Dando vueltas acerca de éste, mi primer y espero que no último comentario acerca de la exhortación a la vigilancia del evangelio de San Mateo, me viene a la memoria una imagen más dulce:
La de aquellas madres, hoy ya abuelas, sentadas a la mesa, multiplicándose por tres para llegar a todos los rincones, interpretando y reaccionando a todos y cada uno de los gestos de los comensales.
Son las primeras en reponer el pan antes de que se acabe, las que rellenan la jarra de agua, haciendo que por arte de magia –la magia del amor-, la jarra nunca se vacíe de su contenido, son las que colocan un cubierto antes de que nadie lo extrañe, las que vuelven a ofrecer antes de que nadie pida repetir.
En definitiva, son las perfectas anfitrionas, las que vigilan constantemente, infatigables a nuestros ojos, siempre alerta.
Imagino que toda esa cantidad de trabajo, toda esa energía transmitida, todos esos desvelos mostrados, deben de tener sus compensaciones a la vez que generarán sensaciones entre los comensales. Se me ocurren unas pocas:
- La sensación de GRATITUD –hacer algo gratis por lo demás que es pagado con unas GRACIAS-
- La sensación de BIENESTAR –estar bien con uno mismo haciendo el bien a los demás-
Todos esos desvelos que producen tanta satisfacción personal nos muestran que el camino a seguir esta AHÍ:
No pasemos por la vida con la venda de la INDIFERENCIA en los ojos; con la mordaza del MIEDO en los labios; con los tapones del CONFORMISMO en los oídos, en definitiva, con la CONCIENCIA enterrada en lo más hondo de nuestro ser.
VEAMOS, ESUCHEMOS, HABLEMOS, ACTUEMOS
Según los dictados de nuestra conciencia. Ello nos hará........
MAS LIBRES, MAS SOLIDARIOS, MAS DIGNOS, MAS PERSONAS, MAS PLENOS.
Una buena canción que resuma estas palabras, bien podría ser “un corazón de oro” de Neil Young (en inglés “a heart of gold”). Te propongo que la escuches.
La de aquellas madres, hoy ya abuelas, sentadas a la mesa, multiplicándose por tres para llegar a todos los rincones, interpretando y reaccionando a todos y cada uno de los gestos de los comensales.
Son las primeras en reponer el pan antes de que se acabe, las que rellenan la jarra de agua, haciendo que por arte de magia –la magia del amor-, la jarra nunca se vacíe de su contenido, son las que colocan un cubierto antes de que nadie lo extrañe, las que vuelven a ofrecer antes de que nadie pida repetir.
En definitiva, son las perfectas anfitrionas, las que vigilan constantemente, infatigables a nuestros ojos, siempre alerta.
Imagino que toda esa cantidad de trabajo, toda esa energía transmitida, todos esos desvelos mostrados, deben de tener sus compensaciones a la vez que generarán sensaciones entre los comensales. Se me ocurren unas pocas:
- La sensación de GRATITUD –hacer algo gratis por lo demás que es pagado con unas GRACIAS-
- La sensación de BIENESTAR –estar bien con uno mismo haciendo el bien a los demás-
- La sensación de PLENITUD –aunque se haya vaciado físicamente, se encuentra llena de satisfacción-
- La sensación de PAZ por el trabajo bien hecho. Todos esos desvelos que producen tanta satisfacción personal nos muestran que el camino a seguir esta AHÍ:
No pasemos por la vida con la venda de la INDIFERENCIA en los ojos; con la mordaza del MIEDO en los labios; con los tapones del CONFORMISMO en los oídos, en definitiva, con la CONCIENCIA enterrada en lo más hondo de nuestro ser.
VEAMOS, ESUCHEMOS, HABLEMOS, ACTUEMOS
Según los dictados de nuestra conciencia. Ello nos hará........
MAS LIBRES, MAS SOLIDARIOS, MAS DIGNOS, MAS PERSONAS, MAS PLENOS.
Una buena canción que resuma estas palabras, bien podría ser “un corazón de oro” de Neil Young (en inglés “a heart of gold”). Te propongo que la escuches.
Buena semana
A.
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