
De esa misma manera, todos los que somos padres sentimos, yo siento, preocupación por sí estaré preparando o haciendo que se preparen adecuadamente mis hijos, para recibir el mundo. El mundo "chico", el de su entorno, pero también el "Mundo".
Una vez más, Jesús va por delante y comparte con nosotros estas preocupaciones, lanzándonos hacia delante con la seguridad de quién es conocedor de la verdad, la que mueve masas, la que alimenta espíritus, la del amor por los demás. Como personas cristianas, esta debe ser una de nuestras grandes tareas en la vida TRANSMITIR, para que otros puedan seguir trabajando, puedan continuar trabajando, cuando nosotros no nos encontremos con ellos en cuerpo, pero si a través del POSO que hayamos dejado en los que nos precederán. Una misión está, de grandes pretensiones, pero es de nuestros "hijos y hermanos", de quienes hablamos. Bien se merece esta misión, que no escatimemos esfuerzos para entre todos conseguirla.
Krispin (Grupo Atzokoak)
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