Este hermoso texto nos presenta la vid y los sarmientos como una Unidad, los sarmientos son parte de la vid que los nutre y crecen con ella, no separados.
Jesús dice “Yo soy la verdadera vid”, la palabra vid me sugiere la Vida y me lleva a otra frase evangélica “Yo soy la Verdad y la Vida”. Nosotros, como los sarmientos en la vid, somos guiados por Jesús, que es la Vida, y podemos dar fruto abundante cuando permanecemos en él.
Si la Vida nos conduce a crecer y dar fruto, ¿por qué a veces nos resistimos a aceptar lo que la Vida nos trae?
No siempre comprendemos que eso que la Vida nos ofrece nos puede ayudar a crecer, entonces nos empeñamos en rechazarlo y en querer avanzar en otra dirección, pero ¿cuál es la buena dirección?
Creo que la Vida sabe lo que hace y pretende que lleguemos a madurar, por eso merece nuestra Confianza.
IOI
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